domingo, mayo 5

Medellín, estación de tránsito de venezolanos en ruta al Darién

Medellín, estación de tránsito de migrantes venezolanos en ruta hacia Darién
CEPE

Medellín, en el noroeste de Colombia, se ha convertido en una estación de tránsito para miles de migrantes venezolanos que desde hace días abarrotan las terminales de transporte en busca de un boleto de autobús que los lleve a Necoclí, puerta de entrada al Tapón de Darién.

Frente a uno de los casilleros con un cartel que dice «Extranjeros» se encuentra David, un licenciado en educación de 33 años que, rodeado de maletas y colchones, espera iniciar su viaje migratorio hacia Estados Unidos, para lo cual atraviesa el espeso río Darién. selva.

Tuvo mala suerte. Su cita con este peligroso paso fronterizo hacia Panamá se ha retrasado debido al mayor flujo de compatriotas que persiguen el mismo objetivo.

“Nos dijeron que no había autobuses. Durante el día, ya no reservan posiciones. Mañana tenemos que madrugar para continuar el viaje hacia el Darién», dijo a Efe el joven valenciano, capital del estado de Carabobo.

«La suerte está echada»

Hace un mes, su hermano se adelantó. Tomó más tiempo de lo esperado. Pasaron nueve días arriesgando sus vidas en la selva del Darién, pero lo lograron. Lo hizo «lleno de ampollas y vio morir a la gente», dice sin dudarlo y antes de empezar a grabar pequeños videoclips en su portátil para registrar la aventura que va a emprender junto a otros tres familiares, entre ellos un 4 -edad. -chico mayor.

“Los venezolanos llevamos mucho tiempo sufriendo, entonces es un ‘ganar o perder’. Los dados están echados”, dice David.

En los últimos 10 días, Medellín ha visto un flujo masivo de migrantes y refugiados, en su mayoría venezolanos, que llegan a la Terminal Norte para comprar un boleto a la región de Urabá, fronteriza con Panamá, especialmente Necoclí, dijo a EFE el consultor de gestión de la Terminales Medellín, Carlos Mario Patiño.

La funcionaria aseguró que aunque la situación actual es masiva, en cuanto a logística y asistencia, “todo está bajo control”, y cualquiera que quiera viajar puede hacerlo siempre que tenga las condiciones económicas.

Por lo general, los migrantes que permanecen más de un día en la terminal son aquellos que no tienen recursos o están esperando un grupo de Chile, Ecuador, Perú o Brasil, para realizar la travesía en compañía.

Entre 1.000 y 1.300 migrantes transitan cada día

Patiño señaló que desde julio tienen una alerta migratoria importante, que ya vivieron en Medellín en 2021 cuando se registró un gran flujo de haitianos: “Entre agosto y octubre pasaron aproximadamente 30.000 por las terminales de Medellín”, dice.

Y en el caso de los venezolanos, “a partir del 26 de septiembre tuvimos un flujo muy grande, entre 1.000 y 1.300 diarios”, explicó.

La autorización del Ministerio de Transportes para ampliar la oferta con el alquiler de vehículos para reforzar la operativa descongestiona la terminal y reduce considerablemente las aglomeraciones.

“Las empresas de transporte habían llevado entre 300 y 400 personas, pero con esta autorización una sola empresa movilizó más de 600 personas el jueves”, informó Patiño.

Entre los que pudieron comprar su boleto para viajar sin problemas se encuentra Marta, de 46 años, quien llegará en horas de la noche a Necoclí, acompañada de su esposo luego de gastar unos días en casa de su sobrina en Medellín después de salir de Chile, donde vivió un año y ganó dinero cuidando a un anciano.

La mujer, nacida en Puerto La Cruz, cuida sus tres maletas en las que lleva alimentos, ropa, medicinas y tapetes, mientras espera a su acompañante y fija la mirada en la salida que cruzará unas horas más tarde para partir por Necoclí.

“Estoy aquí para viajar a Estados Unidos, pero no de la manera que yo quería (turismo). Por la situación que estamos pasando hay que apoderarse de la selva en nombre de Dios”, dijo a Efe.

El salario que ganaba en Santiago de Chile no alcanzaba para enviar dinero a Venezuela, donde vive su padre que lucha contra un cáncer terminal.

“Ya no puedo pagarlo”, dice, refiriéndose a los motivos que la llevaron a tomar una decisión desesperada que su acompañante planificó con el consejo de familiares que ya cruzaron el Darién.

«Eso me asusta. Estaba tranquilo esta mañana, pero ahora estoy temblando. Empecé a ver Facebook y mucha gente murió. Da miedo», admite Marta.

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