No recuerda exactamente. Pero entre 2016 y 2017, los cineastas Alberto Arvelo y Leonardo Henríquez lo convocaron para participar en un proyecto en desarrollo: un documental sobre Carlos Cruz-Diez, el maestro del color. “Incluso si haces muchos proyectos, no puedes prescindir de ellos. Todos tenemos a Cruz-Diez en nuestro ADN. Así, el compositor y arreglista Nascuy Linares (Mérida, 1972) se embarcó en la aventura de color gratisque se estrenó en 2020 en el Festival Internacional de Cine de Palm Springs y ahora llega a la cartelera nacional luego de su proyección fuera de competencia en el Festival de Cine de Venezuela 2020.
Conoció al profesor Cruz-Diez mucho antes del documental, durante una reunión en Caracas. “Fue una fiesta con muchos músicos. Llegó Cheo Hurtado y le dijo: ‘Maestro, le presento al mejor cuatrista de Venezuela’. Era Jorge Glem. Creo que C4 Trio no existía en ese momento o recién comenzaba. Todos nos quedamos sin palabras; fue impresionante Recuerdo mucho ese momento. Fue la única vez que estuve cerca del profesor, que lo conocí”, dice Linares desde Barcelona, España, donde vive desde hace cuatro años.
Sin embargo, la edición y la música de color gratis lo hizo estando aún radicado en su Mérida natal. En las primeras conversaciones, Henríquez y Arvelo ya tenían una idea clara. El documental sigue al maestro Cruz-Diez en sus últimos años mientras perseguía una vieja obsesión: liberar el color del medio. Murió en 2019, a los 95 años, mientras la película estaba en posproducción, pero pudo ver una versión final de la película.
Primero fue el montaje, que hizo con su colega Camilo Pineda y que fue reconocido en el Festival de Cine de Savane 2020. “Empezamos a ver el material y se creó la atmósfera musical que necesitaba la película”, explica. “Pero mientras trabajaba en la edición, decidimos. Como montador vi que era mucha música, más que tenía tiempo para dedicarme a la composición”, añade. Pero otros se sumarán, poco a poco, al proyecto.
La idea de trabajar con el director Gustavo Dudamel ya estaba en el tintero. Ha escrito créditos para dos de las pistas de la banda sonora de color gratis, ambos en la voz de Nella Rojas de Margarita. Esta no es la primera composición musical de cine de Dudamel. Anteriormente compuso la banda sonora de Libertador (2013), también de Arvelo y que, además, es la única película venezolana en llegar al lista corta (un primer filtro de selección) de los premios Oscar a la mejor película internacional.
a la banda sonora de color gratis también se sumó el célebre compositor Álvaro Paiva Bimbo —entre su trayectoria reciente, su participación en la música de Encanto—, el excepcional músico Devendra Banhart y Sebastián Arvelo, hijo del director que debutó en la composición cinematográfica. La banda sonora también incluye un tema inédito interpretado por Carlos Cruz-Diez (guitarra) y su esposa, Mirta Delgado, y un tema especial interpretado por la nieta del maestro, Fabiana Cruz.
“Fue una de las experiencias más agradables. Además de poder trabajar en la edición, estuvo trabajando en la composición con otros músicos maravillosos. Creo que es una fortuna y algo que me gustaría incentivar: trabajar la música entre varios músicos, de forma colectiva. Creo que es una forma inusual. Pero que algunos proyectos puedan permitirse esta forma de trabajar con varios compositores, creo que es muy enriquecedor”, dice Linares.
Todas las piezas encajan poco a poco. Banhart llegó al proyecto porque parte de algunas de sus composiciones habían sido utilizadas como pista de temperatura, una pista temporal utilizada temporalmente durante la edición. Lo contactaron y se ofreció a hacer cuatro piezas para el documental; en la mayoría prevalece la guitarra. Paiva-Bimbo aportó dos composiciones, en las que destaca “El taller de Cruz-Diez”.
“Álvaro tiene una manera particular de componer, diría muy moderna, muy pop en cierto sentido. Es un excelente guitarrista y una música que habíamos imaginado con un corte de gipsy jazz muy personal. No creo que ninguno de los otros compositores lo maneje como él. No solo estilo, género, sino aplicado a un momento cinematográfico”, añade.
El resto de las piezas son de Nascuy Linares, en las que hay una fuerte presencia pianística. Piezas como «Paris» o «Finale», en la que comparte créditos con Sebastián Arvelo, evocan melancolía y nostalgia, que forma parte del trabajo de creación de una banda sonora: «El piano es un instrumento que, para el cine, tiene un amplio rango de timbres emocionales muy amplio. Es como una puesta de sol en una imagen, siempre transmite algo».
Para Linares, colaborar con Arvelo y Henríquez no era trabajar con extraños. Con Arvelo obtuvo su primer trabajo como compositor musical para el cine con la banda Una vida y dos razas (1997). Formaban parte de una banda local llamada Lutania, donde Linares tocaba la guitarra y era una de las voces, mientras que Arvelo estaba a cargo del teclado y otros instrumentos.
Más de veinte años después de ese primer proyecto, Linares todavía considera que es el trabajo más difícil al que se ha enfrentado. Tenía solo 22 años y compuso música que interpretó la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, en ese momento, dirigida por Rodolfo Saglimbeni. Además, hubo un coro dirigido por la maestra Maria Guinand. No fue fácil, pero me abrió las puertas al mundo de la música de cine.
Desde entonces ha recorrido un largo camino en el que las películas de Arvelo han estado presentes como parte de su carrera profesional. hacer música para Una casa con vista al mar (2001), La Habana, La Habana (2004), cyrano fernandez (2007) y Dudamel: el sonido de los niños (2010). Pero entre estos había un proyecto que Linares recuerda con especial orgullo: el documental tocar y pelear (2006), sobre el sistema orquestal, para el cual editó y compuso la música, que le valió el premio a la mejor música en el Festival de Cine de Venezuela, realizado en Mérida.
Esta experiencia también confirmó que su camino era el diseño de sonido. “Escuchar al Maestro Abreu fue una revelación para mí. Escucharlo hablar sobre música de una manera que nunca había escuchado de nadie cambió mi vida. Me hizo creer que lo que estaba haciendo era lo que tenía que hacer».
Linares es egresada de la primera promoción de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Ángeles, una casa de estudios pionera en la separación de los departamentos de comunicación social y la integración del cine, particularmente en una región del país que había trasladado la fibras durante años. creativo en beneficio de la cinematografía nacional. También tiene una especialización en Diseño de Sonido de la Universidad de Bournemouth en Inglaterra.
Con más de veinte proyectos en su haber, como el documental Érase una vez en Venezuelaquien estaba cerca lista corta de los Oscar, también ha participado en proyectos internacionales como El abrazo de la serpiente (2015) de Ciro Guerra, la primera película colombiana en recibir una nominación al Oscar. La película, que sigue a un chamán amazónico y a científicos en busca de una planta, también le valió el Premio Platino 2016 a la Mejor Banda Sonora Original y le abrió la puerta a otros proyectos.
La propuesta de hacer la música de lujo (2020), una película británica rodada en Egipto que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance, —uno de los acontecimientos más importantes del cine independiente – se produjo después de que la directora Zeina Durra quedara encantada con El abrazo de la serpiente. Lo mismo le pasó con uno de los últimos proyectos en los que trabajó, una película polaca llamada Dzien je noc.
Si bien las composiciones de las películas están hechas de acuerdo a la película, su género y las escenas en cuestión, Linares deja huella en la interpretación. “Trato de darle un toque de intérprete a la música que compongo”, dice, pero quiere ir más allá y hacer instrumentos especiales para cada película en la que trabaja, para que ese instrumento defina la película. Actualmente explora con un arpa eólica y cristales baschet.
Y sí, cuando no está haciendo la música para un largometraje, está haciendo la edición. Y si no sube, Nascuy Linares hace música, esa expresión que lo ha acompañado casi toda su vida. Al mismo tiempo, poco a poco, impulsa un proyecto musical titulado “La partición es película”, que realiza con su colega Odoardo Torres. En los teatros evocan secuencias o fragmentos del cine mundial con la interpretación de música original en vivo.
¿Un deseo? Más tiempo libre: «Ojalá tuviera más tiempo para ver más películas».