jueves, mayo 2

El producto más caro es el que no está disponible

Venezuela acaba de sufrir una prolongada contracción de la actividad económica. El PIB se ha reducido en un 80%. Es como ver a una persona que pesa 100 kilos después de unos años y apenas pesa 20 kilos. La contracción de la producción se ha traducido en un aumento de las tasas de escasez de bienes y servicios vitales, que se han vuelto cada vez más caros, convirtiendo los ingresos de los trabajadores en sal y agua.

Cuando se castiga el salario, también se castiga la actividad económica. La inflación erosiona el poder adquisitivo y desencadena un círculo vicioso difícil de romper. Sin demanda, las empresas ajustan su nómina al nivel de producción del que pueden disponer.

Al penalizar el consumo privado, la demanda agregada cae y la producción se frena, se estanca y se contrae. Así aparecen los problemas de rareza que favorecen el acaparamiento y la especulación. Como ya sabemos, el producto más caro es el que no está disponible.

Un aumento en los salarios reales pone en marcha la economía y ayuda a superar la recesión. Aquellos que viven con un ingreso fijo tienen mayores necesidades insatisfechas y cuando obtienen un aumento tienden a gastarlo todo. Por ello, el salario no puede ser considerado como un coste más de producción, sino como el principal motor del consumo privado y de la demanda agregada.

Un aumento de los salarios contribuirá a la recuperación económica, siempre que no afecte inmediatamente a los precios. Para obtener más ganancias no es necesario aumentar los precios sino los salarios y así activar el círculo virtuoso de mejores salarios, más demanda, más producción, más ventas, más ganancias y mejor rentabilidad.

Vea la explicación completa en el nuevo video de #PedagogíaEconómica «El producto más caro es el que no se puede conseguir”

@victoralvarezr

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