viernes, mayo 17

Petro y Uribe dan presidencia política a los venezolanos

Uribe acepta invitación de Petro para hablar
FOTO: César Melgarejo. EL TIEMPO

1. como advertíGustavo Petro no es tan estúpido como para repetir el fallido experimento venezolano. Comienza su gestión de gobierno dando una lección de realismo que no es mágico: “Si nos aislamos, somos derrocados. (Cambio de revista).

2. Petro se distancia del sectarismo: “El objetivo es construir un nuevo clima político. Tenemos que luchar tanto con el sectarismo de derecha como con el sectarismo de izquierda, porque la polarización es eso”. (Cambio de revista»).

3. Petro: “No es que no haya diferencias, sino que esas diferencias no se transmiten por sectarismo. Porque el sectarismo en Colombia lleva a la violencia.

4. El nuevo presidente colombiano no se limitó a simples declaraciones políticas sino que acudió a los hechos. Se reconcilió con Álvaro Uribe, haciendo caso omiso a las denuncias y amenazas de llevarlo preso “por delincuente” y “aliado de paramilitares narcotraficantes”. Pasó la página del odio y la venganza.

5. Uribe, por su parte, también metió en el congelador todas las denuncias sobre la supuesta actitud dictatorial de Petro, al mismo tiempo que dijo que era más peligroso que Chávez. Lo que Uribe validó es que Petro es más inteligente que Chávez y Maduro juntos.

6. Uribe salió de su reunión con el nuevo presidente pidiendo a los colombianos que no se vayan del país pero que deben «trabajar, trabajar y trabajar más» a pesar de un gobierno de izquierda, y se comprometió a colaborar con todas las leyes que beneficien a los colombianos.

7. El cauto optimismo de Uribe no es más que una magistral pieza de inteligencia política. Esto indica que la nueva oposición colombiana no pisará la peineta que han pisado los impacientes líderes de la oposición venezolana al implementar la estrategia “Petro vete ya”.

8. Los 3 grandes desafíos: generar un ambiente de colaboración entre poderes públicos (es decir cero confrontación radical con la izquierda), evitar la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, y que dentro de 4 años los colombianos puedan volver a asistir a las urnas para decidir si Petro debe seguir o no en el Palacio de Nariño.

9. La actual postura conciliadora y de consenso nacional de Gustavo Petro no implica necesariamente que haya abandonado sus objetivos políticos y compromisos con la izquierda. Su objetivo final está por verse.

10. Por ahora, Petro solo muestra pragmatismo político, magnanimidad con el adversario derrotado y voluntad de convivencia y entendimiento con toda la sociedad colombiana, sin excepción, lo que lo acerca más a la izquierda posindustrial europea que a la vieja. -La izquierda de moda de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

11. Petro no amenaza con “freír las cabezas” de los opositores ni promover el odio social. Al contrario, pide la unidad de todos los colombianos para equilibrar mejor el país y evitar una escandalosa desigualdad social que no conviene a nadie.

12. Petro sabe que el sistema político colombiano no es solo el palacio de Nariño sino que hay un gran elefante político llamado «estado profundo» que habrá que comerlo a tajadas.

13. Esto abre una nueva esperanza para el fortalecimiento de la democracia colombiana. Será un momento estelar para que los partidos políticos se transformen y se comprometan históricamente con el siglo XXI. Tienes que apostar por ello.

14. Un viejo amigo venezolano, estudioso del caso colombiano, me decía hace varios años: “El día que Colombia supere la violencia, el narcotráfico y las grandes desigualdades sociales, el mundo entero conocerá el poder de los colombianos. Este es el gran desafío no solo del Petro sino de toda Colombia.

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Hildelita Carrera Cedillo
Hildelita Carrera Cedillo