Desde hace un tiempo, el gobierno de Nicolás Maduro ha comenzado a cancelar silenciosa y paulatinamente los subsidios que mantiene desde hace años a servicios públicos como electricidad, agua, gas y peajes de carreteras.
Las facturas de electricidad y agua están aumentando, mientras que los peajes se han restablecido en varios estados y más estaciones de servicio cobran en dólares. Además, el ejecutivo entrega el control de la venta de gas para cocinar y la recaudación de impuestos a los municipios.
Gustavo Nouel, agrónomo en un arrozal de 197 acres en el estado de Portuguesa, dijo Bloomberg que la factura de la luz pasó de $100 a $5,000 mensuales en enero.
Con una industria petrolera que produce una cuarta parte de su capacidad, el gobierno de Maduro está subiendo gradualmente el precio de los servicios prestados por el Estado para acercarlos a su verdadero costo.
José Luis Saboin, consultor económico en Washington, dijo que tras años de recesión e hiperinflación, que terminaron recientemente, la política de Maduro de permitir que las empresas estatales cobren más debería ayudarlas a mejorar su desempeño operativo y financiero y a pagar salarios más altos.
«Es bastante desafortunado que haya sido necesario un desastre económico para revertir esta situación de precios», dijo.
No está claro exactamente cuánto gasta el gobierno en subvenciones, ya que no se publican cifras fiables. Economistas del Centro de Políticas Públicas IESA en Caracas estiman que ascendieron a $25 mil millones al año en 2014.
Maduro comenzó a cambiar seriamente la política en 2020. Pero los aumentos se produjeron con poca fanfarria o publicidad, lo que ayudó a Maduro a evitar una reacción negativa del público. Los comerciantes dicen que se sorprendieron por las enormes facturas. Mientras tanto, los servicios públicos seguían siendo pésimos.
Algunos productores se han adaptado aumentando los precios o mudándose a municipios más baratos dirigidos por alcaldes respaldados por el gobierno que atraen negocios a través de exenciones fiscales. Otros tuvieron que cerrar la tienda y vender.