Por SUSANA BENKO
Alessandro del Vecchio es artista y arquitecto. Esta información no es sólo un detalle biográfico. Conocerla es importante porque explica su forma de pensar y la lógica de su proceso creativo. Ser artista implica, en su caso, estar atento a las formas ya la belleza. Ser arquitecto, en cambio, le permite establecer una relación con el espacio con más control y concreción. Para ambos, es fundamental diseñar.
Además de estas profesiones, existe el uso de la tecnología digital. Esto no solo facilita el diseño paramétrico de formas y el diseño de áreas o módulos siguiendo el diagrama de Voronoi, sino que gracias a ciertos programas de computadora que utiliza el artista, la producción material de las obras culmina con una precisión inquebrantable: cortes láser para piezas acrílicas; plasma para metalurgia.
La creación de patrones de formas y colores es una seña de identidad de su obra. Estos resultan tanto de la precisión algorítmica como de su intuición. Gracias al diseño paramétrico, Alessandro puede variar o modificar infinitamente las formas geométricas diseñadas de antemano. Estas formas, creadas originalmente con puntos, son áreas
—celdas— conectadas entre sí (aquí el diagrama de Voronoi) y el resultado material resultante da tanto la malla o red en primer plano, como el grupo de celdas representado en el soporte posterior. Los dos elementos conservan las formas preestablecidas, sólo la malla gana autonomía al quedar celdas vacías, sin soporte detrás del color, lo que varía la composición final.
Color, luz y sombra forman una tríada indisoluble en estas obras. En obras recientes, el artista ha ampliado el uso del color creando familias cromáticas entre celdas. Esto puede variar de varias maneras: en algunas habitaciones, esto se debe a las gradaciones de luz, así como a los cambios de tonalidades del mismo color; en otros casos, se trata más de contrastes de color. En otras ocasiones, el artista crea espacios cóncavos o convexos en determinadas celdas para generar cierto dinamismo y vibración. Finalmente, la red que ocupa el primer plano, en cambio, proyecta sombras que multiplican su trama lineal.
En todas sus variantes, la connotación orgánica está presente en estas obras. Los conjuntos de celdas se consideran «grupos de celdas». Esta percepción no está disociada de una observación casi científica de la naturaleza. Esto es evidente, por ejemplo, en su floemas, partes que toman como referencia la conformación de los vasos o conductos por donde pasa la savia al tejido vegetal. Las formas distribuidas según el diagrama de Voronoi parecen tener un carácter generativo, y sin duda son susceptibles de multiplicarse hasta el infinito. Con el color se podría decir que ocurre un proceso similar: puede provenir del reflejo del entorno o de las relaciones cromáticas entre sí, entonces hay mucha empatía e intuición ahí.
La relación entre forma, luz y color es evidente en las obras que presentamos hoy de Alessandro del Vecchio. A esto se suma el espacio que, además, permite considerar el desarrollo de este concepto generativo y orgánico en múltiples escalas.
La abstracción y la naturaleza son una referencia y un tema que siempre ejerce una enorme atracción.
* Investigador y crítico de arte, docente. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA-Venezuela)