viernes, marzo 29

Sadismo crítico e indiferente: varios puntos

¿Cómo se puede entender que un ser humano moderadamente racional, que desea realmente la libertad como modelo de vida civilizada, pueda tener la insólita aspiración de que los políticos y los partidos políticos desaparezcan, mueran, pero que ninguno sea capaz de decir yo me responsabilizo y yo ¿Hará lo que estos políticos analfabetos, sinvergüenzas, no quisieron o no pudieron hacer? Inmediatamente saltan, no, yo no soy político, nunca lo es, mis hijos tampoco. Es un ambiente perverso, es un nido de víboras. Entonces, ¿por qué y para qué son estos secuaces y deseos enfermizos? Asi que que hacemos ? ¿Dejamos que la vida siga a la deriva, hundiéndose? ¿Es esta la solución al problema? No podemos seguir pidiendo soldados que vengan a poner orden y sacar adelante al país si llevan 22 o 23 años en Miraflores y miren lo que han hecho. Los miles y miles de niños desnutridos, salarios miserables, los 6 millones de compatriotas vagando por el cosmos, la odisea de la excursión para cruzar el Darién, los humillados por la xenofobia, abusados ​​y acosados, piensas poco, pero te metes tú o los tuyos en este sucio cosa de politica, vigilar y culpar? ¿De dónde viene este sadismo crítico e indiferente? Los que solo sirven para condenar, pero no para colaborar, no tienen derecho a opinar, no tienen derecho a abrir la boca. El poeta Andrés Eloy Blanco en su “Mural Presentación del Hombre Honesto” dice: “Hombre honesto de Venezuela, patriota imbuido de honestidad por derecho de nacimiento, por derecho de calva y anteojos, por derecho de abuelo en levita. , un hombre honesto en apariencia y en el fondo, pero honesto no más, sin movimiento, sin riesgo, solemnemente virtuoso, ilustre paralítico, honorable, indiferente egoísta, proporcionado por tu perpetua honestidad, por tu cobarde honestidad, por tu empeño cobarde, viviendo en seguro de vida feliz, con tu diez por ciento de renta sobre el respeto general”.

Conectar o desconectar mejor dicho, no sé exactamente, para tomar otro camino que nos lleve al mismo lugar, haré una breve mención de autocrítica sobre errores de campaña para tratar lo ocurrido el domingo 4 de septiembre en Chile entre el “Apruebo” o el “rechazo” del texto de la nueva Constitución propuesta por la Convención Constituyente. Óscar Guillermo Garretón, subsecretario del presidente Salvador Allende, dice que lo ocurrido ese día no es un tema menor. También dijo que esta espectacular derrota infligida al “yo apruebo”, y cito textualmente: “Nos obliga a tener una discusión muy profunda, que va mucho más allá de la coyuntura. Hay suficientes dedos en una mano para contar los gobiernos exitosos de la izquierda latinoamericana. Los fallidos intentos guerrilleros han bañado de sangre nueva las selvas y ciudades del continente y los únicos tres intentos exitosos -Cuba, Nicaragua y Venezuela- son un desastre, del que incluso la propia izquierda busca distanciarse”. Tuve la tentación de copiar el texto completo de su excelente análisis, pero finalmente me abstuve de adaptar el título del artículo de hoy. Pero los invito a buscarlo a través de las redes sociales, Internet, y allí encontrarán la fantástica radiografía de la situación política, no solo de Chile, sino también del socialismo en América Latina.

Venezuela, que al fin y al cabo es nuestro rompecabezas, o mejor dicho los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, son, a mi juicio, el más estrepitoso fracaso de todos los líderes que han llevado la impronta de la izquierda en estas regiones que citaré. abajo: ni Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Lula Da Silva en Brasil, Michelle Bachelet en Chile y Pepe Mujica en Uruguay, llevaron a sus respectivos países a la anarquía, al caos perverso, en el que vivimos hoy los venezolanos. Por el contrario, en muchas áreas se han logrado avances significativos y se han respetado las normas relativas a la alternancia de poderes. Precisamente, la alternancia fue y es una de las grandes desventajas que aquí encuentran los sectores democráticos, venciendo la resistencia y el temor del régimen a poner en peligro la pérdida del poder. Esto representa un gran obstáculo que la oposición deberá manejar con suprema y aguda inteligencia. Estirar la cuerda de la razón hasta el extremo del terreno de la convivencia bilateral. En definitiva, que no se sienta aterrado, que sepa que mantendrá la cabeza pegada al tronco por el cuello. Porque es obvio que el régimen hará todo lo que esté a su alcance para escapar de la posibilidad de tener que ser contado en elecciones libres o más o menos equivalentes. La oposición tiene las posibilidades en gran medida, de ella depende cumplir requisitos como la actualización del padrón electoral, el derecho al voto de los venezolanos residentes en el exterior, la calificación política de los candidatos…

Vuelvo ahora a lo que dije la semana pasada. La decisión de los distintos sectores de la oposición de optar por elecciones primarias abiertas e inclusivas es válida en los casos en que prevalecen elementos particulares. La sociedad venezolana, que definitivamente es la que tiene los votos, no aceptará imposiciones para favorecer a unos y perjudicar a otros. Sin embargo, la sociedad venezolana debe tener presente que la política, como la vida misma, se compone de aciertos, reveses y fracasos; que no hay manera humana de vivir en libertad y democracia sin partidos políticos. Los ciudadanos que no sean militantes de partidos políticos no están exentos de su responsabilidad con respecto a su país. No hay otro camino que la convivencia para un encuentro conveniente y civilizado. Partiendo de que puedes tener desacuerdos, pero debes respetarlos; es decir, vivir con nuestros desacuerdos. En definitiva, mejor que el mejor acuerdo es pasar a un proceso electoral interno para elegir al candidato presidencial de 2024.

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Saenz Olvera
Fito Saenz Olvera