La natación pretende convertirse en «el primer deporte» en implementar una «categoría abierta» en la que puedan competir atletas transgénero, anunció este domingo en Budapest Husain Al Musallam, presidente de la Federación Internacional (FINA).
«No quiero que le digan a un atleta que no puede competir al más alto nivel», dijo Al Musallam en un congreso extraordinario de la FINA, realizado al margen del Campeonato Mundial de Natación, que comenzó el sábado.
“Conformaré un grupo de trabajo para crear una categoría abierta en nuestras competencias. Seremos la primera federación en hacerlo”, aseguró.
La decisión de la FINA se produce cuando la natación se ha visto sacudida por una controversia sobre la nadadora transgénero estadounidense Lia Thomas.
La estudiante de 22 años, que nació varón, se convirtió este año en la primera nadadora transgénero en graduarse de la universidad en su país.
Su victoria a mediados de marzo en la final de las 500 yardas había provocado mucho debate. Sus detractores habían sentido que habiendo competido en la categoría masculina en el pasado, Lia Thomas disfrutaba de una ventaja fisiológica injusta sobre los demás.
En su Congreso, la FINA aprobó una nueva política de “inclusión”, que efectivamente excluirá a muchas nadadoras transgénero de la natación femenina de élite.
El presidente ejecutivo de la FINA, Brent Nowicki, dijo que la organización se comprometió a mantener competencias separadas para hombres y mujeres.
La FINA «reconoce que es posible que algunas personas no puedan competir en la categoría que mejor coincida con su sexo legal o identidad de género», agregó.
La competencia masculina, en cambio, estaría abierta a todos, pero los atletas nacidos varones no podrán competir en las categorías FINA femeninas ni establecer récords mundiales.
El año pasado, el Comité Olímpico Internacional (COI) emitió directrices sobre el tema, pidiendo a las federaciones que desarrollen sus propias reglas «específicas para el deporte».