viernes, marzo 29

la luz se va todos los dias y el agua potable llega ojala una vez al mes

Los Médanos del Coro. Una barcaza cruza el desvío para tomar la carretera que cruza el istmo. Un camino mal señalizado da la bienvenida a Paraguaná. Foto: José Gregorio Meza

Paraguaná se está muriendo. En la península, donde el presidente Nicolás Maduro anunció que instalaría nuevas bases militares para simular que luchaba contra el narcotráfico, el servicio eléctrico se estropea todos los días, incluso varias veces durante incontables horas, y el agua potable por suerte llega a los hogares una vez al mes. siempre por menos de una semana.

Los habitantes de la región de 3.405 kilómetros cuadrados al norte del estado Falcón, a 600 kilómetros de Caracas, muestran una extrema paciencia, muchas veces confundida con resignación, y siempre están de buen humor.

La electricidad se estropea todos los días. Algunas áreas pueden estar sin servicio por varios días. Sin luz y sin viento, situación que ningún habitante quiere que suceda, los mosquitos hacen de las suyas. La fiesta comienza a las 6:00 p. m. cuando los mosquitos toman el relevo, rindiéndose solo parcialmente a la mañana siguiente.

Paraguaná destruido

Casas destruidas, con malezas, con paredes desconchadas, con grietas y pintura amarillenta sucia, luchan por mantenerse en pie y no caer ante el embate del tiempo y la imposibilidad de mantenerlas. Los techos tienen goteras, el cableado está defectuoso. se está haciendo viejo Todo ha estado marchito durante mucho tiempo. Muere lentamente. Agonizar.

Los habitantes de Paraguaná se han adaptado a vivir sin energía eléctrica y con racionamiento permanente de agua, están dando la vuelta y buscando alternativas. Los ricos compraron centrales eléctricas. La gran mayoría tiene embalses para almacenar agua.

La Puerta, en Punta Cardón, parece estar resurgiendo. “El centro de Punto Fijo está muerto. Sólo los chinos trabajan allí. No hay nada abierto después de las 2 p. m.”, dice Eneida, residente de la otrora próspera ciudad.

En la urbanización de Zarabón, por ejemplo, se siente la angustia, la tribulación, una zona otrora próspera que ya no aguanta más. Sus viviendas pertenecían al personal que laboraba en Petróleos de Venezuela. Muchos se han ido. Los ancianos o un amigo o familiar se ocuparon de ello. Cada reparación es cara, siempre lo ha sido, porque ya se van acumulando años de desgaste.

Punto Fijo, en cambio, se presenta como un pueblo poco atractivo, al que ya no vale la pena llegar. Un recorrido por los alrededores de la base naval revela un parque metropolitano casi en ruinas y un estadio que por mucho tiempo quedó para poco.

Puerto de Guaranão. Seniat está trabajando. Foto: José Gregorio Meza

Nuevas tiendas y bodegones

La Aduana sigue funcionando. El puerto también. Está Mundo Daka, también Multimax Store. Hay nuevas tiendas y abundan los bodegones. También hay nuevos restaurantes. Está el centro comercial Paraguaná, Las Virtudes y el centro comercial Sambil parece renovado: hay aire acondicionado full y muchas tiendas abiertas. El patio de comidas funciona. En algunos sitios eso sí, trabajan con limitaciones, no pasan la tarjeta o las cafeteras, por ejemplo, no venden todo lo que se ofrece. Sin embargo, el esfuerzo debe ser elogiado. Muchos de estos trabajadores ganan salario mínimo y no reciben ningún tipo de beneficio social.

La gente de Paraguaná depende en gran medida de PDVSA, con muchos trabajando allí o con contratistas que prestan servicios a la estatal petrolera, a pesar de que está atrasada en sus pagos o imponiendo sus condiciones. Otros trabajan para gobiernos regionales y locales.

victor clark Es el gobernador del estado. Pertenece al Partido Socialista Unido de Venezuela. Fue elegido por la minoría más grande, ya que ganó las elecciones porque la oposición presentó tres candidatos diferentes, Eliezer Sirit, Daniel Barrios y Aldo Cermeño, en los que los votos fueron dispersos.

Clark es conocido por su inacción y por haber permitido, y quién sabe si aprovecharlo, que continuara el turbio negocio de la región: el contrabando y el narcotráfico. Lo dicen los mismos vecinos.

La agonía de Paraguaná: La luz falla todos los días y el agua potable, con suerte, llega una vez al mes
Atardecer en el Club Náutico. Punta Cardón. Foto: José Gregorio Meza

Paraguay Turismo

Por otro lado, Paraguaná sigue siendo una de las regiones más hermosas de Venezuela. Su potencial turístico se mantiene intacto. La gastronomía es espectacular, hay ofertas y presupuesto para todos los gustos.

Para llegar a Paraguaná desde Caracas, lo mejor es ir por tierra. No hay vuelos diarios a Josefa Camejo, el aeropuerto que da servicio a la península. Tres líneas mantienen rutas directas: Avior, Venezolana y Conviasa, aunque la oferta es escasa.

Por tierra, están a poco menos de 600 kilómetros de distancia. La Autopista Regional del Centro, primero, luego la carretera Las Trincheras y la carretera Morón, si bien no permiten el desarrollo de altas velocidades por falta de mantenimiento a pesar de que ya se han instalado varios peajes, son correctas en relación a lo que Él viene después. Pasando Tucacas, ya en Falcón, comienza el Calvario. De ahí a Tocópero, por lo menos, hay que tener mucho cuidado por los baches, los tranques y la falta de señalización. De noche, es imposible viajar a menos que quieras arriesgar tu vida.

En el camino hay varias gasolineras que brindan operación a precios internacionales.

La agonía de Paraguaná: La luz falla todos los días y el agua potable, con suerte, llega una vez al mes
Caseta de peaje Los Médanos en la vía Coro-Punto Fijo. Foto: José Gregorio Meza

Ya en Coro, antes de poner rumbo a Paraguaná, se encuentra el Parque Nacional Los Médanos. La carretera está afectada y, a pesar de que hay señalización y de que durante el día hay trabajadores indicando el camino, por la noche está en peligro, sin semáforos ni carteles que indiquen por dónde circular. A unos metros se encuentra otro peaje que, como todos los del país, cobra un bolívar para vehículos livianos.

Medanos son atractivos por sí mismos, no necesitan mucho. El gobierno tampoco está haciendo mucho. En esta parada hay un puesto donde se venden paños y vasos. Hay un cartel que ofrece señal de internet gratis, pero es mentira, no funciona.

La carretera que cruza el istmo no se trabaja desde hace años. No hay iluminación y la pintura está desgastada donde aún se puede ver.

La agonía de Paraguaná: La luz falla todos los días y el agua potable, con suerte, llega una vez al mes
Puesto turístico en la parada de Los Médanos de Coro. Foto: José Gregorio Meza

El periodismo independiente necesita el apoyo de sus lectores para seguir adelante y asegurarse de que las noticias incómodas que no quieren que lea permanezcan a su alcance. ¡Hoy, con su apoyo, seguiremos trabajando duro por un periodismo libre de censura!

Saenz Olvera
Fito Saenz Olvera