(CNN Español) –– Las fiestas navideñas en México comienzan días antes con el Día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, y unos días después con las posadas, una tradición religiosa que además es la excusa perfecta para reunirse en familia y cantar, comer y beber. .
Del 16 al 24 de diciembre, las familias mexicanas organizan fiestas en sus casas donde recrean la peregrinación de María y José a Belén pidiendo una posada. Se comen tamales, atoles, donas y dulces de piñatas rotas. Se bebe ponche de frutas, y en algunos lugares también se realizan pastorelas, fábulas católicas con personajes nativos que superan obstáculos para ver el nacimiento de Jesús.
Aunque hoy todo se centra en el nacimiento de Jesús, el origen de estas tradiciones se remonta a la época colonial y al sincretismo religioso que se produjo cuando los españoles llegaron a México, donde los aztecas celebraban la llegada de otro dios: Huitzilopochtli.
¿Cuál es el origen de las posadas?
Durante el solsticio de invierno, los aztecas celebraban la llegada de Huitzilopochtli, dios de la guerra y del Sol. El ritual, que se realizaba en Panquetzaliztli, el decimoquinto mes del año calendario azteca, consistía en ayunar y bailar noche tras noche frente al templo del dios, según consta en la Enciclopedia Británica. También se ofrecían sacrificios, se colocaban banderas en árboles frutales y se realizaba una carrera en la que el corredor cargaba una figura de amaranto con la forma de Huitzilopochtli.
Cuando los españoles llegaron a México con sus planes evangelísticos, se dieron cuenta de que las celebraciones del solsticio de invierno azteca coincidían con las fechas de Navidad. Y transformaron estos rituales en las llamadas «misas de aguinaldo». Las dos tradiciones se fusionaron y dieron origen a las posadas.
Las primeras posadas tuvieron lugar en el pueblo de San Agustín Acolmán, al noroeste de la Ciudad de México, explica en un video el padre José de Jesús Aguilar, director de arte sacro de la Arquidiócesis Primada de la Ciudad de México.
Se instruyó a los misioneros agustinos para que comenzaran a celebrar misas de bonificación durante nueve días, durante los cuales se les informó a los nativos sobre la peregrinación que José y María hicieron a Belén en busca de un refugio seguro donde María pudiera dar a luz a Jesús.
Una vez terminadas las misas, salían en procesión cantando letanías hasta los conventos donde pedían alojamiento y, al entrar, recibían su aguinaldo que incluía frutas y dulces.
¿Cómo es «pedir una posada» en estos días?
Aunque en cada rincón de México la forma de celebrar las posadas varía según la ciudad o pueblo donde te encuentres, la tradición tiene ciertas particularidades que ilustran la esencia de sus orígenes.
Durante la recreación de la romería de María y José, las familias van a otras casas a pedir la posada cantando una letanía a la que responden los dueños de las casas y los reciben con comida y bebida. Quienes solicitan posada llevan velas encendidas durante la visita.
Se ofrecen donas, tamales, atole y el tradicional ponche de frutas «au piquete». También es tradición romper la piñata de 7 cuernos (en referencia a los pecados capitales) llena de dulces y frutas.
Con información de Rocío Muñoz-Ledo