Con las declaraciones de Almagro, sugiriendo una convivencia entre el chavismo y la oposición, se abre paulatinamente una nueva etapa en la que parece generalmente aceptado que el chavismo debe permanecer en el gobierno, y la oposición, bueno, oponerse.
Si hasta ahora así ha sido en la práctica, lo nuevo es la aceptación sin protestas, por parte de uno de los líderes de la oposición radical, como Almagro de la OEA.
Porque de la noche a la mañana, para todos, es bueno este arreglo de convivencia, que tiene como contrapartida argumental, la posibilidad de que haya elecciones presidenciales en 2024, en las que habrá un cambio de gobierno, del chavismo a un solo opositor.
Y tanto que los opositores incluso se plantean organizar elecciones primarias, no para elegir un líder, sino un candidato… porque están seguros de que habrá elecciones, y que las ganarán. Hasta los radicales abstencionistas han cambiado de discurso, y personas como María Corina Machado aceptan las elecciones primarias, y como argumento de protesta y resistencia dicen: “pero que se queden sin el CNE”. Como si con eso, algo realmente fuera a cambiar.
Porque lo que llama la atención de esta nueva etapa, que yo llamo consolidación del chavismo, es que ha ido de un extremo al otro, y ahora todos creen ciegamente que habrá elecciones, y que las ganará un adversario.
La «verdadera realidad» es que el poder del chavismo dentro de las fronteras es tan, tan fuerte y sólido, que no solo se empieza a sentir fuera de las fronteras también, sino que no tendría sentido que pensaran en ceder energía, después de 25 o 26 años de mantenimiento. Y si, al menos, se pudiera anticipar una candidatura diferente en el chavismo; pero no… Maduro es el hombre del poder y no se lo cederá a nadie, más después de las demostraciones de fuerza global que ha desplegado.
Multiplicó por lo menos un millón el precio de la gasolina, liberó el mercado cambiario, puso el dólar en libre circulación, eliminó los controles generales a la economía, estimuló el mercado interno de capitales y prácticamente abrió las fronteras a las importaciones, sin que hubiera habido una sola protesta social o política. Ni hablar, cuando los precios domésticos se dispararon, en lugar de salir a la calle salvajemente a sancionar y embargar… Se sentó a negociar.
Es posible que hoy sea el líder más poderoso que ha tenido Venezuela en su historia. Y si alguien cree que teniendo una constitución que admite la reelección indefinida, y estando en la cúspide del poder, lo van a entregar, entonces realmente estaría fantaseando. Y menos que menos cuando mantenerse en el poder es tu garantía de libertad.
Todo lo anterior es para anticipar que ni con las primarias, ni con las elecciones, el chavismo dejará el poder. No lo hará, no puede, no tiene sentido lógico.
O sea, si hay elecciones es porque las va a ganar, si no, no habrá elecciones. Y si lo hay, y él gana, entonces el futuro será una continuación del presente.
Y lo anterior ni siquiera significa que necesariamente haya tramposos; la oposición no necesita hacer trampa para perder, bastará con su propia versatilidad; luchando unos contra otros y atomizando sus fuerzas; mientras que el chavismo, con su 30% de alcance electoral, más un 30 o 40% de abstención tradicional, y con el hecho de que hay 2 corrientes antagónicas que se enfrentan, el chavismo mantendría el gobierno con juego limpio.
Todo sucede como si, a fuerza de tenacidad, hubiera ganado el derecho a mantenerse, frente a los adversarios tanto internos como externos. Todos parecen aceptar esta nueva etapa democrática, donde pueden estar en juego ciertos cargos -pocos- pero nunca la presidencia.
Con este panorama de permanencia, el chavismo necesita ahora una actualización del Plan Patria para poner en “blanco y negro” el nuevo rumbo económico que está tomando la revolución; porque en algún momento esto acabará arrastrando lo social primero -ya está ocurriendo- y lo político segundo, donde también soplan vientos de cambio, pero la disciplina interna impide que se manifiesten públicamente.
Porque con los cambios económicos mencionados, dejó sin sustento conceptual a sus seguidores sobre lo que es el nuevo credo; porque lo que está pasando es lo contrario al Plan de la Patria, que era como un pegamento que unía las distintas piezas que conviven dentro del chavismo. Sin esta guía, hay una suerte de deriva que va en sentido contrario al de las nuevas referencias que emanan del gobierno.
Porque algo que parece haber quedado claro en Venezuela -o al menos parece estar quedando claro- es que una economía sana no tiene ideología, sino que es “el proceso de creación de riqueza, y de producción, distribución y consumo de bienes y servicios, y recursos, para satisfacer las necesidades humanas. Por supuesto, deben profundizar y deshacerse del estatismo distorsionador que limita la definición que pongo entre comillas.
Uno de los principales obstáculos para el crecimiento de nuestra economía es la falta de confianza. Queda una sensación de fugacidad, como si todo este “veranito” que estamos viviendo de liberalidad económica pudiera terminar en cualquier momento.
Y mientras no se consolide formalmente, a través de gacetas, siempre existirá esta duda. Porque el rumbo se consolidaría si formara parte de un cuerpo conceptual que aceptara el dólar como moneda de curso legal, y si se transfirieran formal y abiertamente al sector privado las innumerables actividades que en manos del Estado no dan buenos resultados. . Y no me refiero solo a empresas como Cantv o Sidor, sino a organizaciones de servicios como las eléctricas que han sido nacionalizadas y sería genial que regresaran al sector privado.
La nueva dirección económica es la correcta; pero aún está lejos de consolidarse, por lo que ya no es solo transaccional y se profundiza. Todavía estamos a mitad de camino: un dólar de circulación legal y privatización es lo que necesitamos para alcanzar un nuevo mínimo económico sostenible.
Recomendación
Al gobierno:
Con ello se formaliza la apertura al sector privado de los servicios públicos, en particular la electricidad, y como energía primaria, el gasóleo. Comunicacionalmente todo es favorable a la adopción de estas medidas, con un nivel de rechazo muy bajo. Y realmente tienes que
A los líderes de la oposición:
Que preparen conferencias estratégicas para hacer un balance de la situación general. Porque la lectura actual es que ellos serán los eternos opositores, y que a este paso, se institucionalizarán como tales… Y, por dentro y por fuera, acabarán aceptando la «Eterna Blackberry».
A los líderes empresariales:
Que trabajen propuestas para cubrir diferentes espacios de la economía que son vitales para la sostenibilidad de la economía. Esta situación de transición permanente tiene la ventaja de que nadie exige el pago de los mil millones de dólares de la deuda externa, y que lo poco que ingresa se utiliza casi sin restricciones. El gobierno está abierto a propuestas, por lo tanto: deben hacerse
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